Plataforma per la Llengua ha podido saber que un estudiante de doce años del Camp de Tarragona ha sido víctima de una campaña de acoso por compañeros que no aceptaban que en el grupo de WhatsApp del instituto se expresara en catalán, su lengua familiar y la autóctona y tradicional de Catalunya. Los padres del niño enviaron a Plataforma per la Llengua pantallazos en los que se podían leer las exigencias de los compañeros y explicaron que posteriormente lo habían insultado, lo habían asediado con llamadas amenazantes e incluso habían hecho llamamientos para que lo apalearan.
En todo momento, el niño se mantuvo en catalán y rehusó doblarse ante las exigencias y las amenazas de los acosadores, una actitud de autoestima y lealtad lingüística que la entidad considera que es un ejemplo para todos los catalanohablantes que viven experiencias similares. Sólo la acción decidida y generalizada de resistencia a la supremacía castellana puede revertir la menoría a la que es sometida la lengua catalana.
La catalanofobia, un granero de votos del nacionalismo español que está en el punto de mira de las Naciones Unidas
El nacionalismo español mayoritario tiene en la supremacía castellana uno de sus pilares. Esta ideología antiigualitaria presenta a la lengua castellana como el idioma "común" de todos los ciudadanos del Estado, con argumentos históricamente revisionistas que esconden que su extensión en territorios catalanohablantes es reciente y que la coerción estatal y la llegada de miembros de la mayoría nacional han tenido un papel central. El nacionalismo español fomenta la idea que es "natural" que los hablantes de catalán sepan castellano y que no puedan esperar reciprocidad de los castellanohablantes, con quienes tienen que ser deferentes y adaptarse lingüísticamente. Su objetivo último es la desaparición por asimilación de las comunidades lingüísticas minoritarias y la consecución de una ciudadanía homogéneamente castellana.
La resistencia de los hablantes de catalán a estos planteamientos supremacistas genera mucha hostilidad entre los nacionalistas españoles. Durante estos últimos años, los partidos políticos de esta tendencia, como PP, Ciudadanos y VOX, así como PSOE, y los medios de comunicación generalistas, han alimentado reiteradamente la catalanofobia. Los partidos de la derecha española han prometido que prohibirán que los funcionarios autonómicos tengan la obligación de saber catalán y se han caracterizado por una oposición frontal al modelo de inmersión lingüística en esta lengua. En algunos casos, han llegado a pronunciarse a favor de que el Estado promueva movimientos poblacionales para afianzar el nacionalismo español en Catalunya. Algunos dirigentes regionales del PSOE han defendido estos mismos planteamientos, con semejante agresividad verbal. El presidente socialista de Aragón, Javier Lambán, ha llegado a decir que casi todos los grandes novelistas catalanes escriben en castellano y que un catalán "arrancó" unas pinturas de Aragón para "llevárselas a Barcelona".
Los discursos supremacistas castellanos no se circunscriben en el debate político: la normalización del odio explica comportamientos como el de los acosadores del instituto del Camp de Tarragona. Los discursos tienen consecuencias sociales. Es por ello que últimamente el relator de minorías de las Naciones Unidas, Fernand de Varennes, ha expresado su preocupación por la aparente inactividad del gobierno español en esta materia. En su informe de marzo de 2020 sobre España, De Varennes explicaba que había recibido informes indicando que se había constatado un aumento del "discurso de odio, el vandalismo, las amenazas físicas e incluso las agresiones contra miembros de la minoría catalana y, en menor medida, otras minorías nacionales", y que "las autoridades no están reaccionando suficientemente a estas denuncias ni están iniciando actuaciones judiciales para hacerles frente, de forma que se contribuye indirectamente a crear una atmósfera de intolerancia creciente contra las minorías y de exaltación nacionalista". Plataforma per la Llengua fue una de las entidades que envió, en su momento, un informe de estas características al relator.
En octubre de este 2021, Fernand de Varennes ha vuelto a hacer referencia al aumento preocupante del discurso del odio contra las minorías nacionales en diferentes estados europeos. En un foro regional de las Naciones Unidas para la prevención de los conflictos mediante la protección de los derechos de las minorías, el relator alertó que en muchos estados europeos se está constatando una regresión y una interpretación a la baja de las normas que protegen a estos grupos, a la vez que existe un aumento de su demonización en internet y en los discursos de los políticos nacionalistas y populistas. De Varennes señaló que sin un reconocimiento explícito de las minorías no se pueden proteger sus derechos y que sin esta protección la amenaza de conflictos violentos va en aumento. El relator pidió que las instituciones europeas y globales intervinieran para proteger a las minorías y salvaguardar así la paz, objetivos que requieren una comprensión de los agravios de estos grupos y la instauración de mecanismos para guiar a los estados y corregir los excesos.
Plataforma per la Llengua había intervenido previamente en el foro europeo y había expuesto ideas similares a las mantenidas por De Varennes. La entidad considera muy positivo que el relator pida soluciones europeas y globales para los catalanohablantes porque no confía en que el gobierno español tenga la voluntad de protegerlos. De Varennes ha anunciado que en 2022 se celebrará otro foro regional en la ciudad de Viena, treinta años después de la declaración de la ONU sobre los derechos de las minorías nacionales, étnicas, religiosas y lingüísticas. El objetivo de este encuentro será avanzar en el establecimiento de mecanismos efectivos para proteger a estos grupos; asimismo Plataforma per la Llengua confía en que podrá participar en él y aportar sus puntos de vista.